PUBLICADO EN EL PAÍS (DIEGO GALÁN).
Entre muchas notables películas españolas que han quedado invisibles o que van camino del cajón de la invisibilidad podría haber estado '30 años de oscuridad'; pero afortunadamente se está viendo estos días por Canal +, y al parecer pronto va a estrenarse también en salas. Hubiera sido una insensatez ignorarla ya que se trata de un documental valioso y original; combina entrevistas a testigos e historiadores de los hechos que relata con documentales y magníficas viñetas de cómic en movimiento, consiguiendo una vivacidad que no resta rigor a lo que trata, los hombres-topo, aquellos perdedores que al acabar la Guerra Civil se refugiaron en huecos imposibles en el interior de sus casas, en armarios, en sótanos, en zulos…, cautiverio en el que vivieron durante treinta años, o más algunos de ellos, para salvarse del pelotón de fusilamiento. Ese fue el caso del alcalde de la malagueña Mijas, Manuel Cortés, cuya historia se cuenta, para asombro quien no supiera de la existencia de dichos topos; y a los demás, aun a un público más informado, la película logra emocionar, incluso horrorizar, y fascinar al mismo tiempo gracias al derroche de talento del grupo de cineastas jóvenes, encabezado por Manuel H. Martin, que la ha puesto en pie. Es una película que hay que ver.
'30 años de oscuridad' fue finalista al mejor documental Goya 2012, que recayó, como se sabe, en 'Escuchando al juez Garzón' donde Isabel Coixet y Manuel Rivas entrevistan al jurista, en aquel momento aún solo imputado… aunque se veía venir. En esta edición destacó igualmente 'Arrugas', otra excelente película de animación en la que Ignacio Ferreras y Paco Roca relatan con ternura no exenta de dureza una historia que ocurre en un geriátrico y toca el Alzheimer. El año anterior había sido el de 'Chico y Rita', de Fernando Trueba y el dibujante Mariscal, candidata al Oscar además de otros muchos premios. Van siendo frecuentes las películas de animación para el cine con temas no infantiles. De otros países recordemos historias recientes tan duras como la de la niña iraní de 'Persépolis', o la de 'Vals con Bachir', sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila, ambas seleccionadas al Oscar. La animación aporta concisión a los personajes, frescura, originalidad, y en ocasiones hasta oportunas dosis de humor. Todas estas recomendables películas pueden verse ahora en la tele, en Filmin, Filmotech o en DVD. Merecen la pena.
'30 años de oscuridad' fue finalista al mejor documental Goya 2012, que recayó, como se sabe, en 'Escuchando al juez Garzón' donde Isabel Coixet y Manuel Rivas entrevistan al jurista, en aquel momento aún solo imputado… aunque se veía venir. En esta edición destacó igualmente 'Arrugas', otra excelente película de animación en la que Ignacio Ferreras y Paco Roca relatan con ternura no exenta de dureza una historia que ocurre en un geriátrico y toca el Alzheimer. El año anterior había sido el de 'Chico y Rita', de Fernando Trueba y el dibujante Mariscal, candidata al Oscar además de otros muchos premios. Van siendo frecuentes las películas de animación para el cine con temas no infantiles. De otros países recordemos historias recientes tan duras como la de la niña iraní de 'Persépolis', o la de 'Vals con Bachir', sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila, ambas seleccionadas al Oscar. La animación aporta concisión a los personajes, frescura, originalidad, y en ocasiones hasta oportunas dosis de humor. Todas estas recomendables películas pueden verse ahora en la tele, en Filmin, Filmotech o en DVD. Merecen la pena.
